Escayola en español, Scagliola en italiano, es una técnica que se compone de diferentes tipos de arcillas y pigmentos para resultar en algo visualmente similar al gouache pero sobre una superficie dura, con un acabado suave y ciertas transparencias que si no conocemos este tipo de trabajo corremos el riesgo de perdernos dudando entre técnicas y materiales. Fue descrita por primera vez por Vitruvio en el siglo I a.C. y volvió a cobrar vida en el Renacimiento.
Durante siglos, gran parte del mundo conocido se encontraba a disposición del Imperio Romano y a su capital llegaban todo tipo de materiales preciosos, entre ellos el mármol rosa, pórfido morado y serpentina verde, traídos de Egipto y Grecia, que además de embellecer obras arquitectónicas servirían para marcar una pauta estética. El tiempo pasó y estos materiales dejaron de ser abastecidos además de que las columnas y edificios que los habían utilizado durante la Edad Media fueron víctimas de la historia y desaparecieron. La oferta y la demanda cambió y durante los siglos XVI y XVII piedras como el lapislázuli afgano llegaron a ser mas caras que el Oro, lo cual obligo a los artesanos a buscar diferentes opciones para embellecer objetos; llego el trabajo en pietra dure y más adelante gracias a que en la Emilia Romagna algunos talleres comenzaron a usar el polvo de mármol para convertirlo en una pasta y después introducirla en las ranuras que cuidadosamente se hacían en objetos de piedra, sin planearlo volvió la escayola a Italia.
El hombre a quien se le atribuye el haber convertido este oficio en un Arte es un monje de ascendencia británica que vivía en la abadía de Vallombrossa durante la primera mitad del siglo XVIII, Ignazio Enrico Hugford. Él experimento con trozos de piedras y óxidos de colores en polvo, mezclados con arcilla y cola para lograr paisajes y escenas que decorarían la Basílica de la Santísima Anunciación en Florencia y fue su alumno Lamberto Gori quien llevo esta técnica a la ciudad.
Anna Maria Massinelli, Scagliola, L’arte della pietra di luna, Rome, 1997, figs. 36 & 38, pp. 56-57 https://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/2016/treasures-l16303/lot.38.html
Cuando en el Grand Tour de 1715 se iba por Europa buscando antigüedades, este trabajo no paso desapercibido ya que recordaba las obras arquitectónicas de épocas anteriores y la escayola sirvió para rendir homenaje al pasado y decorar salones de la época.
El material base para estas piezas es la selenita, una variante del yeso que existe en forma de cristales transparentes o de masas cristalinas. Esta se pulveriza para poder mezclarla con óxidos de colores naturales, después incorporarla con otras arcillas y finalmente añadirle caseína o goma arábiga para lograr un sinnúmero de formas y figuras.
A diferencia del mármol, la escayola se convierte en un aislante térmico lo cual quiere decir que la temperatura al tacto nos puede ayudar a distinguir este trabajo de uno hecho en piedra, además de que es mucho mas frágil y hay que ser muy cuidadosos con su conservación, motivo por el cual no es fácil encontrar piezas en la actualidad.
Si este tipo de trabajo pudiera ser de su interés, con mucho gusto podemos compartirle imágenes detalladas de la scagliola perteneciente a la escuela fiorentina de finales del siglo XVII que forma parte de nuestro acervo y continuar la conversación.
Como siempre, quedamos a sus órdenes.
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