Santa María Totlazonantzin Guadalupe
- SAFRA Galería
- 22 abr 2022
- 3 Min. de lectura

Virgen de Guadalupe con apariciones
México, S.XVIII
Óleo sobre lámina de cobre y marco de época con aplicaciones en plata
18.5x13cm
La Imagen de la Virgen María desde la planta del pie hasta el nacimiento del cabello, que es muy negro y partido al medio, tiene en la estatura seis palomos y un jeme (la distancia que hay entre el dedo pulgar y el índice). Es el rostro lleno y honesto. Las cejas muy delgadas. El color trigueño nevado. El movimiento humilde y amoroso. Las manos, unidas y levantas, están arrimadas al pecho. En la cintura sobresale un cíngulo morado que se suelta debajo de las manos en las dos puntas de la ligadura. Descubre en los pies solamente la punta del derecho con el calzado pardo. La túnica es talar, en los claros de un rosado muy claro y en los oscuros de carmín muy apretado, labrada de labores vistosas y flores apiñadas, y entre sus blancos unos jazmines. Todo esto de oro, que resalta sobre lo colorado. Tiene por broche al cuello un óvalo de oro, y dentro de él un círculo negro, en cuyo medio esta expresa la cruz. Las mangas de la túnica son redondas y sueltas, descubriendo por aforro un genero de belfa algo parda. Muestra también una túnica interior blanca y con pequeñas puntas, que sigue los brazos hasta la muñeca y principio de las manos, a donde se descubre [...] Tiene la Virgen Maria en esta milagrosa Imagen tal belleza, gracia y hermosura... ¡Aquí solté la pluma! ¡Suspendí el movimiento al escrito! ¡Detuve razones a los conceptos! ¡Y até la lengua a las palabras! No para buscar cómo pintar en descripción semejante hermosura, sino por sosegarme en el atrevimiento, que juzgo es grande, sólo el haber puesto amagos de deseos en que supiesen todos algo de tal belleza [...] Miguel Sánchez (1594-1674)
Sacerdote criollo poblano, autor de Imagen de la Virgen María Madre de Dios de Guadalupe, publicado en 1648.

Esta exquisita pieza de la Virgen de Guadalupe, coronada por Dios Padre y el Espíritu Santo, pintada en el siglo XVIII sobre lámina de cobre, con las cuatro apariciones en cada esquina, el cerro del Tepeyac a los pies del ángel y guirnaldas de rosas en los laterales, es ejemplo del tipo de piezas que se comenzaron a producir cuando el culto hacia la Virgen de Guadalupe se llevó al hogar y dio inició a una devoción más íntima.
Independientemente de la fé que se profese, la Virgen de Guadalupe forma parte de nuestro imaginario como mexicanos. Tanto la imagen como el relato guadalupano, ambos son notables expresiones del mestizaje iconográfico y literario que se produjo en nuestro país durante el siglo XVI y que hoy nos siguen acompañando. A mediados del siglo XVII se escribió el texto del autor referido al inicio de este correo y meses después de su publicación sale a la luz Nican mopohua, relato en náhuatl sobre las apariciones, editado por el sacerdote Luis Lasso de la Vega, donde Antonio Valeriano relata lo que el mismo Juan Diego le compartió. Esto tendría un impacto considerable y casi inmediato en la población. Como prueba, la pieza que con gusto compartimos con Usted.
Tan solo unas décadas después de que estas dos publicaciones empezaran a circular fue que se pintó esta obra. Transcurrió el tiempo necesario para consolidar un culto en el templo y después trasladarlo a esferas más íntimas donde piezas en este formato eran requeridas.

Esta obra, al haber sido pintada sobre lámina de cobre deja ver que el artista que la hizo, a pesar de no haberla firmado, contaba con cierta trayectoria y reconocimiento ya que no todos tenían acceso a este material.
De igual forma, el marco con aplicaciones en plata refiere la propiedad esta pieza a una persona con suficientes comodidades.
Y al reverso de la pieza podemos observar que los clavos que fijan la lámina y el cristal dentro del marco son los originales, lo cual la hace aún más especial este objeto devocional.
Si esta obra pudiera ser de su interés, le invitamos a que nos lo deje saber. Con gusto podemos agendar una cita para que la revise físicamente y aprecie los finos detalles que en foto no se logran capturar.
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